Glad to be here

Es curioso enamorarse...llega en el momento que menos esperas.
Pasas años aprendiendo, buscando, reuniendo valor, seguridad, autoestima...y de pronto llega algo que rompe todos tus esquemas, todas tus creencias, tu vino preferido, tu película favorita, tu libro de cabecera...
Por muchos años bienvenido sea ese amor que llega fugaz, te pega una bofetada y aveces se larga tal como llegó, mordiendo la piel y cuando te miras la parte afectada ya no hay marca. Sólo un olor a universo efímero.
Sólo soledad, belleza, rosas cortadas elegantemente en nuestra mente. Simple belleza entre la más clara y auspiciada melancolía de la acdencia de un piano, un contrabajo y una batería usando escobillas.
Por muchos años de reencuentros, descubrimientos y vuelcos al corazón.
No hace falta ir muy lejos. Aquel vecino es el asesino. Aquella paseante es la bailarina.
Ese gato fue un colibrí. Y esas estrellas son las tuyas cuando el balanceo forma parte de tu interno si mayor.
Mientras suene el walz, sigamos bailando...a la luz de una luna rosa, hasta el final de la noche.
Y quizás cuando llegue el nuevo día,
darnos incondicionalmente el amanecer limpie los recuerdos que no sirvan.
Y simplemente nos quedaremos con la belleza.
Y seremos felices de estar aquí. Ahora.
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